A los 19
años, vive sola y sueña con formar su propia familia. Eugenia Suárez “Quedan
pocos hombres como Nacho: Cocina, quiere casarse y tener muchos hijos”
Hace un año
y medio está de novia con Ignacio Viale y se integró en la dinastía
Legrand-Tinayre. Dice que quiere ser madre a los 21 y fantasea con una casa
hippie chic repleta de niños y perros.
Hace apenas
un año y un mes, se mudó a un departamento en Palermo: “Compré todos mis
muebles en el Mercado de las Pulgas. Muchos estan patinados en blanco, como si
fueran antiguos. Tengo un edredón de plumas y decoré el cuarto con una
guirnalda de lucecitas, una araña y sillas con tapizado de flores”, explica,
fascinada con la decoración. “No quiero que esas cosas las haga otro”, cuenta.
“Cuando uno
está bien atrae cosas buenas, y soy muy agradecida de lo que conseguí. Yo no
quería tanto, tan rápido”
De ídola de
adolescentes a diva. De hija a mujer independiente. De una audiencia
adolescente multitudinaria a una función de teatro junto a un elenco de
primeras figuras. La vida de María Eugenia Suárez (19) cambió mucho y en poco
tiempo. Y tal vez esa sea la principal razón por la que es tan difícil desviar
la atención de aquello que está sucediendo ante las cámaras; la pequeña nacida
en Palermo se está convirtiendo en mujer, y ese proceso cautiva.
Hace menos
de un año interpretaba a Jazmín, una de las protagonistas de Casi ángeles – La
tira producida por Cris Morena- y era una de las Teen Angels, la banda que
formó con algunos compañeros de elenco (Nicolás Riera, Juan Pedro Lanzani,
Mariana Esposito y Gastón Dalmau). Hoy, es la protagonista de la campaña de
Ricky Sarkany (sus fotos hiper sexis con el torso desnudo serán publicadas en
todas las revistas este verano) y forma parte del elenco de los únicos , la tira de canal 13. Y
aunque cuenta que cada tarde antes de los ensayos se va a su casa a tomar una
chocolatada, desde los 15 años maneja su propio dinero y hace más de un año que
vive sola.
La mañana
en la que se hicieron las fotos que ilustran estas páginas, Eugenia entró en el
auto como un torbellino: Tenía el cabello mojado, las uñas pintadas de negro,
un bolso animal print plateado de Victoria´s Secrets, calzas a rayas
multicolores y zapatos altísimos con plataforma de madera. El celular siempre
en la mano y un excelente humor.
María Eugenia Suárez Riveiro
siempre supo lo que quería a los 6 años, un fotógrafo le dijo a su madre que
debía inscribirla en alguna agencia, Y, desde entonces, no paró. El objetivo no
era estar en la tele, sino ser parte de chiquititas y, luego de un único
casting y mucha insistencia logró que Marcela su made, ama de casa, la llevara.
–Yo creo que mamá pensó: “La llevo para que se deje de hinchar, total no va a
quedar…” Por supuesto, después de bailar “Barbie Girl”, de Aqua, Eugenia no
sólo quedó seleccionada, sino que lo primero que hizo al conocer a Cris Morena
fue pedirle que ya nunca la sacara del programa. Y eso hizo. Entonces, fue un
momento de adaptación: no resultó sencillo que su familia aceptara su vocación,
a los 11 años tuvo que cambiarse de colegio por las grabaciones, la echaron por
mala conducta (confiesa que era hiperquinética), de ahí pasó al ESBA, se quedó
libre por las faltas y finalmente este año está terminando el secundario en un
instituto en el que rinde las materias a distancia.
“Me gustan la psicología
y el diseño de indumentaria. Pero más adelante, ahora estoy con mucho trabajo”,
asegura.
-Hace más de un año que vivís sola, ¿de qué
forma viviste la transición?
-Me encanta. Me despierto temprano, escucho música…Ya no veo el noticiero
porque me deprimo. Me baño, le doy de comer a mi perro y voy a grabar. A la
tarde tomo una chocolatada, saludo a mi perro y ya me voy a ensayar. Después
ceno con mi novio o salgo con amigas.
-Desde muy chica ganas dinero, ¿cómo lo
administras?
-Siempre
fui de gastar mucho, pero trato de ahorrar en dólares. Me acuerdo de que cuando
cobré mi primer sueldo, fui y me compré la máquina de escribir de Barbie.
Disfruto del dinero. La gente a veces se mal acostumbra con los canjes, de repente
una marca les da ropa y se habitúa a no gastar en nada. Pero yo no soy así. La
agencia Multitalent me negocia los contratos porque soy un cero, desde los 6
años que tengo representantes. A los 15 ya tenía una tarjeta de débito.
-¿Cómo conociste a Nacho Viale?
-En un
asado en el que a mi me querían presentar a un amigo de él y a él, una de mis
mejores amigas. A mi amiga no le gustó y yo me puse a charlar y me encantó.
Pensé que no me iba a dar bola, pero dije “No lo voy a dejar escapar”, y lo
llamé.
-¿Notas la diferencia de edad?
-Y…sí, yo
tengo salidas de una chica de 19 años. Pero él tiene una personalidad algo
aniñada. Salgo a bailar con él y sus amigos se la pasan haciendo chistes y
saltando, parecen nenes. La diferencia no es tanta yo siempre me relacioné con
gente más grande y eso nos acerca.
-¿Cómo fue incorporarse en una familia tan
emblemática?
-No siento
que me haya incorporado, porque no los veo tanto. Al no ser cholula tengo buena
onda, aunque no me preocupo por quedar bien con alguien, soy natural. Tengo más
relación con Juana Viale y con Marcela Tinayre y bueno, Manu es mi amiga porque
tiene mi edad. Con ella salgo a la noche.
-¿Y la suegra?
-Marce es
lo más. Tiene mucho carácter y yo también porque somos las dos muy frontales y
a mí me gusta eso, prefiero la gente que te dice las cosas. Además lo adora a
Nacho y es una madraza, ella pone a sus hijos ante todo y los defiende a
muerte. Y para mí es un placer que él tenga ese vínculo con su madre.
-¿Qué tipo de relación tenés con la abuela de
Nacho, Mirtha Legrand?
-La abuela
tiene carácter también, pero yo lo conocí a Nacho a los 17, cuando ya tenía una
carrera, así que a mí me trata muy bien.
-¿Te preocupa lo que publican las revistas?
-Sí, pero
nunca me inventaron romances. Uno puede evitar eso. Nos cuidamos un montón de
eso, pero entre nosotros, no de las cámaras. Porque no está bueno. Cuando uno
está en pareja, lo hace porque elige a
la otra persona. Como no tengo un perfil polémico, entonces no se ensañan ni me
siguen…
-¿Cómo viviste lo que sucedió con Juana, cuando
perdió a su hijo Ringo?
-La gente
la ve y piensa que es una rebelde, pero nadie conoce su lado bueno. Y no me
gusta que lastimen a alguien que quiero. Cuando fue lo del bebé, ya me pareció
muy fuerte, era un tema delicado como para que los medios lo manejaran así. Se
le tiraron encima al auto, no era necesario.
-¿Te costó el pasaje de mundo teenager al mundo
adulto?
-No, para
nada. Fue natural. Inconscientemente uno busca otra cosa. Ya habían pasado
cuatro años de Teen Angels y quería cambiar. Me salió redondo por Los únicos lo
siguen viendo los adolescentes. A mis fans les encantó la campaña de Srakany.
Pero se fue dando, porque cuando dejé Casi ángeles no tenía nada, no sabía que
iba a hacer este año.
-¿Nacho te aconseja con respecto al trabajo?
-Prefiere
no meterse mucho porque como soy más chica, piensa que puedo ser muy
influenciable. Pero siempre me apoya y deja los celos de lado. Me dice:
“Hacelo, saliste divina en las fotos” Y eso muy importante. No es un novio que
te estanca y te dice: “Eso no lo hagas porque te van a hacer desnudar”. Sabe
que soy muy Elite.
-¿Quién es más celoso?
-Yo, pero
los enrosques me los genero yo, porque él es muy respetuoso. No soy celosa de
que mire a otras mujeres, él es demasiado cuidadoso conmigo. Pero conozco a las
mujeres y no me gusta cuando llega la típica mujer insegura que quiere
gustarles a todos. Reconozco mis problemas.
-¿Y qué hacés al respecto?
-Encaro:
“Che, te digo una cosa. Él está conmigo, y no te metas porque no quiero
terminar mal”. Lo digo tranquila, porque no me gusta que se metan en mi terreno
yo no molesto a nadie, no me meto con gente que está de novia.
-¿Qué es lo que te gusto de Nacho?
-Esta
chapado a la antigua. Y yo siempre pienso: Ojalá que nunca me pelee porque no
voy a conseguir otro hombre así. Te corre la silla para que te sientes, cocina,
quiere casarse, tener hijos. Es muy atento. Con él puedo salir a bailar, y otro
día quedarnos en casa, ver un DVD y divertirnos también. Adora la casa con los
perros, los hijos y todo eso…
-¿Y vos?
-Yo no
tanto. Hasta el año pasado sí quería casarme por la iglesia. Pero ahora se está
casando tanta gente y se separan…Y es tan complicado. Hay que organizar la
fiesta, el vestido, y me da fobia. El civil puede ser, pero los papeles tampoco
me interesan demasiado. Lo importante es el compromiso del otro, y que quiera
tener un hijo conmigo. Me gustaría un casamiento en la playa, hippie, descalza.
Me metería en el mar en bikini, saldría y me estaría esperando una amiga con un
vestido blanco hasta el piso para casarme en la arena, con el pelo mojado. Todo
eso del vestido, los tacos, el peinado me aburre.
-¿Y qué dice Nacho?
-A él no le
gusta la arena. Es más del esquí y la montaña. Así que imagínate.
-¿Pensás tener hijos?
-Sí, desde
que nací. Porque amo a los bebés y a los perros, son las dos cosas que me hacen
más feliz en el mundo. Sueño con una casa decorado por mí con un altillo medio
hippie, chic, lleno de almohadones y un jardín casual. Llegar y que se me tiren
todo los perros encima, tener muchos hijos; cinco o seis. Es lo único que
quiero.
-Tendrías que trabajar menos…
-No soy muy
ambiciosa, así que no me molestaría. No quiero ser una mamá ausente. No me
gustaría que a mis hijos los críe una chica contratada. Sería mejor estar más
tranquila y manejar una marca de ropa, por ejemplo.
-¿Lo imaginás a Nacho como padre?
-Sí, cuando
estas enamorado y lo ves con un hermanito, con un bebé, es algo fuerte y yo me
muero. Porque se vuelve loco. Juana le deja los chicos a Nacho y yo estoy un
montón con ellos. Pero él, antes de tener hijos, quiere casarse.
-¿Ya lo hablaron?
-Él nunca
lo había pensado hasta que me conoció a mí, y piensa tener hijos conmigo. Al
menos eso es lo que me dice. (Ríe) Me encantaría ser joven y andar con la panza.
Yo tendría hijos a los 21.
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